Queridas amigas del blog, lo prometido es deuda, así que aquí va la historia de mi amiga Rachel Wilson, una chica nacida en Kansas City, Missouri. Asistió a la University of Kansas (KU). También estudió varios años en España, Italia y China para alcanzar la licenciatura en International Business and Spanish. Todo el esfuerzo, su afán de superación y su fuerza de voluntad hizo que superase todos sus complejos y así acanzó el éxito en la multinacional Hallmark, que muchos conoceréis por sus famosos calendarios y tarjetas de navidad y felicitaciones de cumpleaños. Trabaja en el departamente latino: Sinceramente Hallmark, viajando mucho por los países de habla hispana buscando ideas para nuevos proyectos, tanto es así, que el año pasado asistió a los grammy latinos. Coincidiendo con artistas del calibre de Mark Anthony, Gilberto Santarosa, o juanes. Continúa viviendo en Kansas city( famosa por el clásico Mago de Oz), con su perrita lola, pero su calidad de vida ha mejorado, no sólo por su éxito profesional,sino porque ha superado los fantasmas de su pasado, y porque ahora es una chica sana, activa y feliz.Me ha pedido que os anime a tomar como ejemplo su historia, y a que nos cuidemos y cuidemos nuestros cuerpos, y que nos queramos muy mucho, y no nos atormentemos tanto como durante muchos años lo hizo ella. Aquí va su historia:
“ Cuando era pequeñita, era una niña muy activa y mi peso no suponía un problema. Una vez crecí un poco, debía tener unos diez años, empecé a comer de manera compulsiva para superar mis bajones de ánimo. Mi padre solía ser, (y en cierto modo sigue siendo) , muy hiriente a la hora de dirigirse a mí, y su forma de hablarme hería mis sentimientos.La solución por la cual opté, fue permanecer siempre encerrada en mi habitación porque le tenía miedo. Con el tiempo me volví menos activa, y como ya dige, comía y comía para levantar el ánimo, así que cuando mi madré no me veía, me colaba en la cocina y cogía la comida menos recomedable, tipo patatas fritas, galletas y dulces. Como muchos sabéis, muchas dietas en diferentes lugares del mundo, y por supuesto en mí país, USA, pueden ser muy poco saludables. Y para colmo, en mi casa había mucha comida rica en sal, muchos prefabricados y demasiados dulces.
Me pasé toda primaria, la secundaria y la universidad siendo la “chica gorda”. Y yo era mi peor crítico. Me pasaba el día imaginando que estaría la gente diciendo de mí, y si os digo la verdad, es algo que me obsesiona a día de hoy.Mis compañeros de colegio e instituto se metían conmigo por ser gorda. Por supuesto tenía compañeros que me querían tal y como era, pero eran demasiados los chicos que se comportaban de manera cruel.
Cuando fui a la universidad, continué mi dieta a base de alimentos insalubres y ejercicio inexistente. Mi compañera de habitación trató de animarme tantas veces a ir al gimnasio con ella.. pero me sentía avergonzada por ser más grande que el resto de estudiantes que asistían al gimnasio.
En mi segundo año de universidad decidí ir a estudiar a Santiago de Compostela, en el norte de España. La verdad que era todo un reto en Estados Unidos encontrar ropa bonita y actual para mi talla, pero la experiencia en Santiago me demostró que la situación podía llegar a ser peor. Debía tallar como una talla 46 cuando me me fui a vivir allí, así que me iga a Zara, H&M y Bershka, pero no podía encontrar ropa que me sirviese. Me sentía muy segura de mí misma y orgullosa de lo que iba avanzando en el idioma y en el curso en general, pero no era capaz de sentirme mejor con respecto a mi apariencia física, y aunque tengo ligado en las discotecas, y se tienen interesado en mí, siempre me comparaba con aquellas amigas delgadas que me acompañaban de fiesta.Por suerte en España, y especialmente en Santiago, todo el mundo va andando a todas partes, así que hice mucho ejercicio. Solía caminar como 30 minutos para llegar a la universidad, cosa que jamás había hecho en los Estados unidos, porque donde yo vivo se conduce para ir a cualquier parte, porque normalemente los edificios de interés suelen estar siempre muy lejos unos de otros. Así que perdí un poco de peso a base de caminar, aún así todavía llevaba una vida poco saludaba, ya que comía mucho pan, tortilla, empanadas, palmeras de chocolate y bebía mucho vino.
Cuando volví a los Estados Unidos, estaba muy contenta porque había perdido mucho peso en España, así que intenté perder un poco más. Empecé haciendo mucho ejercicio, pero mis hábitos alimenticios continuaban en su línea, muy poco sanos. No lograba entender por qué razón no lograba bajar de peso como en España,no me cabía en la cabeza porque mi peso no bajaba a pesar de ir al gimnasio. Entonces empecé una relación con el que hoy en día es mi exnovio. Empezamos a cenar mucho de restaurantes, a salir de fiesta seguido…así que pronto mi peso original regresó, llegando a pesar 200 libras, lo equivalente a 100 kgs. Mi novio jamás me rechazó por mi peso, porque me quería, pero tampoco hacía nada por ayudarme a bajar de peso. Y entonces empecé a preocuparme porque hay muchos problemas de tiroides y diabetes en la familia, así que era muy prosible desarrollar dichas enfermedades. Tenía 25 años y quería ser saludable, ya no me importaba tanto mi físico, sino como me sentía. Mi salud era importante. Nuestro cuerpo es nuestro templo y deberíamos cuidarlo como un tesoro y hacer lo imposible por cuidarlo de la mejor manera posible.
Mi amiga María empezó en un programa llamado algo así como “controladores de peso”, y había sido un éxito, había perdido muchísimo peso. Así que me animó muchísimo a intentarlo. El programa me ayudó a comprender como el cuerpo procesa los diferentes azúcares, proteinas, fibras y carbohidratos. Me llené muy rápido de conocimiento a cerca de la comida y de cómo cada alimento afecta a nuestro cuerpo. También leí mucho a cerca de la carne en los Estados Unidos, y su producción y empezó a darme un poco de asco, porque ya no vivimos en un mundo en el cual la comida es natural. Comemos todo congelado, envasado, con colorantes y conservantes, procesado a fin de cuentas. Así que decidí seguir una dieta de productos ecológicos y volverme vegetariana. Esto significa que comería todas las comidas naturales, verduras frescas, frutas, cereales, legumbres. Evitaría todas los productos procesados, y también dejaría de comer carne, pescado, pollo, gelatina y todo lo que contenga productos derivados de animales. Ahora he ganado energía.Comencé a caminar 30 minutos diarios, y un año despues corrí la mitad de una maratón. Ahora me estoy entrenando para poder correr una maraton entera. He perdido 50 libras, es decir, 25 kilos. Y lo más importante, que me siento sana. El mes pasado, tuve un chequeo médico, y mi estado de salud es perfecto. Me ha bajado incluso la tensión porque ahora soy atlética. Todavía no me creo que me pueda describir como atlética, pero así soy ahora.
Para que os hagáis una idea, esto sería mi dieta de un día: como copos de avena con frutos rojos por las mañanas, sobre las 10 de la mañana como algunos vegetales con hummus, al almuerzo como una sopa saludable y una ensalada, por la tarde meriendo una fruta, tipo una manzana, pero me gusta disfrutar de una buena cena, así que me voy de restaurantes con mis amigos, o concino algo rico en casa. Corro 4 veces a la semana, y levanto pesas una vez por semana. Tambien disfruto mucho caminando unos 20minutos con mi pero por las mañanas, y otro tanto despues de cenar. Una vez una persona se convierte en activa y saludable, el ejercicio llega a verse como algo normal y divertido. No he vuelto a beber café nunca más, pero me levanto llena de energía. “
Me pasé toda primaria, la secundaria y la universidad siendo la “chica gorda”. Y yo era mi peor crítico. Me pasaba el día imaginando que estaría la gente diciendo de mí, y si os digo la verdad, es algo que me obsesiona a día de hoy.Mis compañeros de colegio e instituto se metían conmigo por ser gorda. Por supuesto tenía compañeros que me querían tal y como era, pero eran demasiados los chicos que se comportaban de manera cruel.
Cuando fui a la universidad, continué mi dieta a base de alimentos insalubres y ejercicio inexistente. Mi compañera de habitación trató de animarme tantas veces a ir al gimnasio con ella.. pero me sentía avergonzada por ser más grande que el resto de estudiantes que asistían al gimnasio.
En mi segundo año de universidad decidí ir a estudiar a Santiago de Compostela, en el norte de España. La verdad que era todo un reto en Estados Unidos encontrar ropa bonita y actual para mi talla, pero la experiencia en Santiago me demostró que la situación podía llegar a ser peor. Debía tallar como una talla 46 cuando me me fui a vivir allí, así que me iga a Zara, H&M y Bershka, pero no podía encontrar ropa que me sirviese. Me sentía muy segura de mí misma y orgullosa de lo que iba avanzando en el idioma y en el curso en general, pero no era capaz de sentirme mejor con respecto a mi apariencia física, y aunque tengo ligado en las discotecas, y se tienen interesado en mí, siempre me comparaba con aquellas amigas delgadas que me acompañaban de fiesta.Por suerte en España, y especialmente en Santiago, todo el mundo va andando a todas partes, así que hice mucho ejercicio. Solía caminar como 30 minutos para llegar a la universidad, cosa que jamás había hecho en los Estados unidos, porque donde yo vivo se conduce para ir a cualquier parte, porque normalemente los edificios de interés suelen estar siempre muy lejos unos de otros. Así que perdí un poco de peso a base de caminar, aún así todavía llevaba una vida poco saludaba, ya que comía mucho pan, tortilla, empanadas, palmeras de chocolate y bebía mucho vino.
Cuando volví a los Estados Unidos, estaba muy contenta porque había perdido mucho peso en España, así que intenté perder un poco más. Empecé haciendo mucho ejercicio, pero mis hábitos alimenticios continuaban en su línea, muy poco sanos. No lograba entender por qué razón no lograba bajar de peso como en España,no me cabía en la cabeza porque mi peso no bajaba a pesar de ir al gimnasio. Entonces empecé una relación con el que hoy en día es mi exnovio. Empezamos a cenar mucho de restaurantes, a salir de fiesta seguido…así que pronto mi peso original regresó, llegando a pesar 200 libras, lo equivalente a 100 kgs. Mi novio jamás me rechazó por mi peso, porque me quería, pero tampoco hacía nada por ayudarme a bajar de peso. Y entonces empecé a preocuparme porque hay muchos problemas de tiroides y diabetes en la familia, así que era muy prosible desarrollar dichas enfermedades. Tenía 25 años y quería ser saludable, ya no me importaba tanto mi físico, sino como me sentía. Mi salud era importante. Nuestro cuerpo es nuestro templo y deberíamos cuidarlo como un tesoro y hacer lo imposible por cuidarlo de la mejor manera posible.
Mi amiga María empezó en un programa llamado algo así como “controladores de peso”, y había sido un éxito, había perdido muchísimo peso. Así que me animó muchísimo a intentarlo. El programa me ayudó a comprender como el cuerpo procesa los diferentes azúcares, proteinas, fibras y carbohidratos. Me llené muy rápido de conocimiento a cerca de la comida y de cómo cada alimento afecta a nuestro cuerpo. También leí mucho a cerca de la carne en los Estados Unidos, y su producción y empezó a darme un poco de asco, porque ya no vivimos en un mundo en el cual la comida es natural. Comemos todo congelado, envasado, con colorantes y conservantes, procesado a fin de cuentas. Así que decidí seguir una dieta de productos ecológicos y volverme vegetariana. Esto significa que comería todas las comidas naturales, verduras frescas, frutas, cereales, legumbres. Evitaría todas los productos procesados, y también dejaría de comer carne, pescado, pollo, gelatina y todo lo que contenga productos derivados de animales. Ahora he ganado energía.Comencé a caminar 30 minutos diarios, y un año despues corrí la mitad de una maratón. Ahora me estoy entrenando para poder correr una maraton entera. He perdido 50 libras, es decir, 25 kilos. Y lo más importante, que me siento sana. El mes pasado, tuve un chequeo médico, y mi estado de salud es perfecto. Me ha bajado incluso la tensión porque ahora soy atlética. Todavía no me creo que me pueda describir como atlética, pero así soy ahora.
Para que os hagáis una idea, esto sería mi dieta de un día: como copos de avena con frutos rojos por las mañanas, sobre las 10 de la mañana como algunos vegetales con hummus, al almuerzo como una sopa saludable y una ensalada, por la tarde meriendo una fruta, tipo una manzana, pero me gusta disfrutar de una buena cena, así que me voy de restaurantes con mis amigos, o concino algo rico en casa. Corro 4 veces a la semana, y levanto pesas una vez por semana. Tambien disfruto mucho caminando unos 20minutos con mi pero por las mañanas, y otro tanto despues de cenar. Una vez una persona se convierte en activa y saludable, el ejercicio llega a verse como algo normal y divertido. No he vuelto a beber café nunca más, pero me levanto llena de energía. “
English version:
When I was a little girl, I was very active and my weight was not a problem. Once I was a little older, maybe 10 years old, I started eating to help soothe my emotions. My father was (and still is) a verbal abuser which greatly affects a child’s emotions. My solution was to stay in my room by myself because he scared me. Quickly I became less active. As I mentioned, I would eat to help with my emotions. I would go into the kitchen when my mother wasn’t looking and I would take the “bad” foods such as chips, cookies, and other sweets. As you all know many diets around the world, including the typical American diet, are very unhealthy. Our house had many salty, preserved foods in addition to many sweets. I went through elementary school, high school and then to college as “the fat girl”. I was my worst critic. I always imagined what people thought of me and I still struggle with this today. My peers in elementary and high schools teased me for being fat. Of course I had friends who love me the way that I am, but there were very mean kids too.
When I went to college, I continued unhealthy eating with no exercise. My roommate tried to encourage me several times to go to the gym with her, but I felt too embarrassed that I was bigger than the other students at the gym. My second year at college, I decided to study in Santiago de Compostela. It was challenging in the United States to find cute clothes to fit, but my experience was much more difficult in Spain. I was equivalent to a size 44-46 when I studied in Spain. I would go to Zara, H&M, and Bershka, but I could not find clothes that fit me. I was very confident at speaking and school, but I was not confident with my physical appearance. There were still guys interested in me at clubs, but I still compared myself to my skinny friends. Luckily in Spain, I did a lot of walking. I walked 30 minutes to school which I never did in the US. Where I live in the US we drive everywhere because buildings are so far apart from each other. I did lose a little weight because of the walking, but I still ate unhealthy. I ate lots of bread, tortilla, empanadas, vino and palmeras con chocolate :)
When I returned to the US, I was happy that I lost weight in Spain so I tried to lose more. I started exercising, but I was still eating unhealthy. I couldn’t understand why I could not lose weight even though I was going to the gym. Then I entered a relationship with my ex-boyfriend. We started eating at restaurants and partying all the time. Quickly the weight returned. My highest weight was over 200 pounds which is approximately 90.0 kg. My boyfriend always loved me and he didn’t care about my weight. But he didn’t help me to lose weight either. I was really scared because thyroid problems and diabetes are common in my dad’s family which means it is possible for me to develop those same diseases. I was 25 years old and I wanted to be healthy. It was no longer about how I looked, but how I felt. My health was important. Our bodies are our temples and we should treasure them and do our best to take care of them.
My friend Maria began a program called Weight Watchers and she had been very successful at losing weight. She encouraged me to try and I did! The program helped me understand how the body processes different sugars, protein, fiber and carbohydrates. I became educated about food very quickly. I began reading more about food on my own (not with the Weight Watchers program) and how processed food is produced and what those ingredients do to our body. I also read about the US meat and dairy production and became disturbed. We no longer live in a world where food is natural. We eat frozen foods, packaged foods, hormone-fed meats, processed foods. I decided that I wanted to follow a “whole foods” diet and become vegetarian. This means I would eat natural foods like fresh vegetables, fruit and grains. I would avoid processed food. I also stopped eating meat, fish, chicken stock, lard, gelatin and anything else that contained animal product. I developed more energy. I started walking 30 minutes per day and a year later I ran a half marathon. I am now training for a full marathon. I have lost 50 pounds. But more importantly I am healthy. I had a check-up with my doctor last month and my health is perfect. I have even lowered my blood pressure substantially because I am now athletic. I can’t believe that I just described myself as athletic, but I am.
On a daily basis this is what my meals would look like: I eat oatmeal with berries in the morning, around 10:00 am I might eat some fresh vegetables with hummus. At lunch I might eat some healthy soup and a salad. In the afternoon I will have some fruit like an apple. I like to have fun with dinner, so I’ll go to a restaurant with my friends or cook myself dinner. I run 4 times each week and I lift weights 1 time each week. I also enjoy walking with my dog for 20 minutes in the morning and after dinner. Once a person is healthy and active, exercise becomes fun and normal. I do not drink coffee anymore, but I wake up full of energy!
Tamara also asked me to tell you a little bit about what I do. I was born in Kansas City, Missouri which is at the center of the US. I went to college at the University of Kansas (KU). I studied abroad in Spain, Italy and China. My majors at KU were International Business and Spanish. After college, I began working at Hallmark Cards. I have been working here for over 4 years. I love my job because I work for Sinceramente Hallmark, our Spanish line of cards. I work with a diverse team from all over the world and we have lots of fun. I also get to travel occasionally for work. I live in downtown Kansas City with my dog, Lola. As you can tell, I am very passionate about healthy eating and physical activity and I encourage all of you to read more about nutrition and health. And love you. Love your body and take care of it. You deserve it.
me alegro de que a Raquel le vaya tan bien pero a mi no me parece del todo saludable tampoco eliminar carne, pescado... que eliminar el pescado es saludable!! yo con la dieta vegetariana no voy de acuerdo, lo importante es comer sano y variado, pero no hace falta ser tan estricto como eliminar tantas cosas, yo pienso que la dieta mediterranea es una buenisima opcion para llevar una dieta saludable, un saludo!!
ResponderEliminarI feel so honored that you included me on your blog. It looks great!
ResponderEliminara ver... yo no he puesto la historia para que la gente se vuelva vegatariana de golpe, ella tomó esa decisión que es muy respetable, yo también estoy encantada con la dieta mediterránea, pero también es verdad que la gente que es vegetariana suele sustituir la proteína que nos aporta el pescado y la carne por proteínas vegetales, siempre hay opciones.Aquí la cuestión está en que una persona que comía mal, se convirtió en una persona muy sana.
ResponderEliminarand rachel, i´m so honered of having your story here too.... i loved it, i´m completely sure many people will learn from this. you will encourage many people for sure